Cambios de humor, náuseas, vómitos, cansancio, dolores abdominales parecidos a las contracciones del útero, son típicos en una mujer que ha espera un hijo, pero ¿qué pasa si estos síntomas los siente su pareja?
Viernes 29 de Mayo de 2009
Ángela Tapia F.
Hombres engordando al unísono con sus parejas embarazadas, llegando a aumentar hasta 6,5 kilos, fue lo que develó un estudio de una compañía de publicidad (Onepoll), hace sólo una semana.
Pizzas, cerveza, chocolate y papas fritas fueron los antojos favoritos de los futuros padres, que obligó a un 25% de ellos a tener que comprarse ropa “paternal”, según informó BBC Mundo, reflejando que el embarazo sí tiene un efecto en los hombres.
“Hay cambios en el varón, en relación a la mujer que se embaraza”, confirma el coordinador del Centro de Alta Complejidad Obstétrica de la Clínica Las Condes, Alfredo Germain.
El experto explica que “el sistema endocrino del hombre es capaz de responder a los eventos, que le llegan a través del olfato (con las hormonas) o de manera psicológica”, dejándose llevar por los síntomas que la mujer presenta en su embarazo. En ambos casos, la respuesta masculina a través de síntomas que son propios de una mujer que espera un hijo, se conoce como el Síndrome de Couvade.
Los malestares pueden ir desde el dolor de muelas, antojos o cansancio, hasta dolores que simulan contracciones uterinas. También se habla de la posibilidad de vivir un “embarazo espejo”, donde el padre siente las mismas molestias que su pareja, paralelamente.
El doctor, especialista en embarazos de alto riego, cuenta que el síndrome Couvade aumenta sus probabilidades de aparecer en un futuro padre, cuando son altos los niveles de ansiedad en una pareja, situación que se acrecienta cuando hay problemas para concebir. “He tenido pacientes han llegado a ver a un gastroenterólogo y a hacerse una endoscopía por esto”, comenta el doctor.
De hecho, en 2007, ya había sido publicado otro estudio -de la Universidad St. George's- donde varios de los 282 futuros padres encuestados, aseguraron sentir molestas de embarazo, señalando en algunos casos, incluso sentir más dolores que la propia embarazada.
“Esto tiene dos posibles explicaciones, la primera tiene relación con que no sólo la mujer, sino que también el hombre tiene una situación emotiva difícil, en torno al tema de ser padre”, cuenta Germain.
Así como existe un instinto maternal, habría uno “paternal”, como explica el experto, quien coincide con la idea de que la presencia de los síntomas de embarazo en un padre, es una manera de la naturaleza humana para acercarlo al proceso de gestación de su hijo.
“Ese es el mensaje que finalmente vamos a tener. Mi percepción es que si la mujer expele hormonas en relación al estado de embarazo, el varón capta y modifica su comportamiento en una manera concordante con la nueva situación de la familia”, cuenta.
Sin embargo, Germain asume que a la comunidad médica y a la sociedad aún les falta por aprender sobre esta materia, donde “el involucrarse emocionalmente en el embarazo se considera un atributo femenino”, excluyendo al padre o burlándose de él cuando sus emociones y su cuerpo parecen también vivir el proceso que da la bienvenida a su hijo.