Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

AYUDA-AMISTAD
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Normas del Grupo 
 Plantas que sanan 
 Terapias Alternativas 
 Foro Consulta 
 Medicina y Salud 
 Reflexiones 
 Leyendas 
 Mundo Animal 
 Nuestras Recetas 
 Poemas 
 Música 
 Humor 
 Gifs y carteles 
 Capilla Virtual 
 ¡¡¡Vamos a estar en el Museo!!! 
 ¿Nos conocemos más? 
 Cumpleaños 
 Mensajes MPGrupos 
 Juegos 
 General 
 MICRO-CUENTOS 
 FIBROMIALGIA 
 
 
  Herramientas
 
Reflexiones: PARA REFLEXIONAR
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Siondra  (Mensaje original) Enviado: 03/12/2009 21:54
De: Alias de MSNsolosetrata  (Mensaje original) Enviado: 25/12/2006 8:59
 
Para Reflexionar

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Everest inició su travesía, después de años de preparación,   pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros.
Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y mas tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo,  decidido a llegar a la cima. Le obscureció, la noche cayó con gran pesadez. En la altura de la montaña,
ya no se podia ver absolutamente nada.
Todo era negro, cero visibilidad, no había luna
y las estrellas eran cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires...
caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida, pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos...
Si, como todo alpinista experimentado,había clavado estacas de seguridad, con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.
En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar "AYUDAME DIOS MIO..."
De repente una voz grave y profunda de los cielos le contesto:
-"QUE QUIERES QUE HAGA HIJO MIO?"
-"Sálvame Dios mío"
-"REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"
-"Por supuesto Señor"
-"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."
Hubo un momento de silencio y quietud.
El hombre se aferró a la cuerda y reflexionó...
Cuenta el equipo de rescate que al otro día
encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda... a tan solo dos metros del suelo...
¿Y vos? ¿Qué tan confiado estas de tu cuerda? ¿Por qué no la sueltas?


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados