Somos lo que somos, no lo que creemos ser y mucho menos lo que cree el resto de nosotros. Somos el hoy, el mañana y el ayer. Somos el agua y la sal, somos lo conocido y lo desconocido, somos un retrato temporal que guarda la imagen de nuestros días.
Somos un libro donde escribimos los recuerdos y los proyectos que pasan por nuestra mente. Somos el pétalo, la flor, la tierra en donde crecen, la mirada que puede contemplarlo todo. Somos el pentagrama, somos la música mejor interpretada.
Somos el sol y la luna. Somos la playa y el desierto. Somos un pequeño capítulo de la historia universal. Somos lo que somos. Lo que entendemos, lo que comprendemos, lo que sentimos, lo que imaginamos. Somos, simplemente, parte del plan que el creador tiene preparado para cada uno de nosotros.