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Leyendas: LAS VELAS DE UMIKO
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Siondra  (Mensaje original) Enviado: 04/12/2009 18:27
LAS VELAS DE UMIKO, HIJA DEL MAR
Enviado el 29.12.2008 a las 17.23 por 4704Paloma
 
De: Alias de MSNvilvilma  (Mensaje original) Enviado: 12/03/2007 6:45
LAS VELAS DE UMIKO, HIJA DEL MAR
 
Hace mucho, mucho tiempo, vivía en el fondo del mar del Japón una sirena llamada Amara, la esposa del genio del mar. Amara solía subir a la superficie de las aguas y alli tenderse en alguna roca desde la que pudiera contemplar la cuidad, a lo lejos. Le gustaba especialmente hacer esto de noche, cuando las luces de la cuidad casi eclipsaban a las estrellas del cielo. Envidiaba a los habitantes de la cuidad que tenian siempre esa luz que no se encontraba  en el fondo del mar, y que ademas podían sentir en sus rostros el viento , el sol , la nieve.. cosas que a ella le estaban vetadas. Asi, decidió que si ella tenía una hija, no le privaría de esas sensaciones que ella se habia perdido.
Poco tiempo despues, este pensamiento se hizo realidad, y la sirena Amara fue madre de una pequeña y hermosa criatura. Ycon gran dolor de su corazón, pero sintiendose a la vez satisfecha por brindarle esa oportunidad a su hija, la trasladó a una montaña que habia cerca de la ciudad, en la que se alzaba un templo. Y alli la dejó, en las escalinatas del templo, besandola con uno de esos besos que solo dan las sirenas y los seres mágicos, que crean un aura de proteccion.
Abajo , en el pueblo vivia un matrimonio que dedicaba su vida a la elaboracion de velas que luego los peregrinos llevarian al templo, donde hicieron su ofrenda.
Ala vuelta , cual no seria su sorpresa cuando bajando por las escaleras, creyeron oir un llanto debil. Buscando el origen del sonido, no tardaron en encontrar a la pequeña recien nacida, y movidos por la compasion y la responsabilidad, la recogieron. Cuando le quitaron las mantillas que la envolvian, descubrieron asombrados que no era como las otras niñas; la itad inferior de su cuerpo era comola cola de un pez, recubierto de escamas brillantes; era una sirena. Asi pues,  la llamaron Umiko, que quiere decir " la hija del mar" .
Pasó el tiempo, la niña creció y llegó a hacerse una mujer de extraordinaria belleza. Su piel era suave como el melocoton, tersa, y sus ojos despedian un fulgor único que recordaba al de las esmeraldas Su cabello largo parecía ser amigo del viento, pues ambos jugueteaban constantemente, y en fin, Umiko despertaba pasiones entre todo el que la observaba. Ella, humilde, se sentía incomoda por el efecto que causaba en los otros, con lo que les pidió a sus padres adoptivos ser quien fabricara las velas que ellos venderían, porque asi no tendria mas contacto con los demas que el estrictaente necesario. Y así pasó ella a encargarse de esta tarea, añadiendo ademas a las velas que hacía hermosos dibujos de pájaros y flores y sobre todo , paisajes marinos que de algún modo le venían a la mente. El número de compradores aumentaba sin cesar y además se estandió el rumor de que esas velas eran eficaces talismanes si uno queria emrender un viaje en barco.
Un día apareció en la tienda un mercader que pidió ver a la creadora de las velas que compraba. Al ver a Umiko, penso que sería un gran negocio exponerla al público y quiso comprársela al matrimonio. Al principio ellos se indignaron, pero tal fue la insistencia del mercader que al final se la vendieron por una fuerte suma de dinero. Cuando Umiko se enteró les suplico que cambiesen de idea, pero de nada sirvieron sus lamentos; el trato estaba cerrado.
Por la noche le pareció oir una voz que la llamaba, como si el mar repitiera su nombre, pero nada vió. Pasó la noche pintando su ú ltima vela. A la  mañana siguiente había un carro preparado con barrotes para llevársela hasta el puerto, donde tomaría un barco que les llevaría al continente. Partieron , y en la casa quedó el matrimonio intranquilo, presintiendo que habían actuado mal y que ahora un peligro se cernia sobre ellos.
Llamaron a la puerta, abrieron y apareció un mujer vestida de blanco que queria comprar una vela. Dándole a elegir, ella escogió  precisamente esa ultima vela que Umiko había pintado la noche anterior. Echandoles una última mirada, no sabría decir se rabiosa o despreciativa, pagó y se fue al templo, en cuya escalinata dejó la vela encendida.
La vela brilló con una luz inusualmente fuerte, inusualmente viva. Enseguida, una horrible tempestad empezó a azotar la costa. El barco en el que viajaban Umiko y el mercader intentó en vano volver al puerto , pero una enorme ola lo precipitó al fondo del mar .Mientras el barco se undia, la última imagen que vio el mercader , dque creyo estar delirando por la cercania de la muerte, fue la de una mujer de blanco, con cola de pez que se llevaba a Umiko de la mano. Era Amara rescatando a su hija.
Tras la tempestad, el pueblo quedó  borrado del mapa, resistiendo solo el templo y su escalinata.Y no hace mucho aún se  vendían en algunos pueblos japoneses unas velas pintadas que recordaban mucho a las que pintara Umiko, la hija del mar, y que los marineros seguian encendiendo antes de emprender cada travesia........


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