EL DEBER CUMPLIDO
El deber cumplido es el mejor calmante para la ansiedad y el mejor remedio para el alma.
Ningún árbol crece a la sombra de otro. Desde que nacemos la vida nos depara desafíos; el aceptarlos y vencerlos nos brinda enorme satisfacción y nos impulsa hacia el verdadero crecimiento.
El impulso para crecer nace con nosotros.
Hemos aprendido a caminar, a hablar, a escribir, a cantar, a conducir. Han sido retos que los hemos asumido de forma muy natural, pero que también han implicado esfuerzo, trabajo, práctica y disciplina, ¡y lo hemos logrado! Por qué?
Porque el deseo de triunfar es innato en el ser humano. Nacemos para ser felices, para triunfar, para aprender a trabajar, a sembrar cada día con amor y con alegría los frutos que nos alimentarán el día de mañana.
Cada uno de nosotros es un diseño divino especial y tiene algo único para ofrecer a los demás.
Debemos empeñarnos en descubrir nuestras propias capacidades y en fortalecerlas. Ellas son nuestras mejores herramientas.
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