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Mensajes MPGrupos: RAÍCES PROFUNDAS
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: yoya  (Mensaje original) Enviado: 05/12/2009 00:53
RAICES PROFUNDAS
Fecha: 13.05.2009 - 18.21    Autor: soycCris


 

Raíces profundas
 
Tiempo atrás, yo era vecino de un médico
cuyo hobby era plantar árboles
en el enorme patio de su casa.
A veces observaba, desde mi ventana,
su esfuerzo por plantar árboles y más árboles,
todos los días.
Lo que más llamaba mi atención,
entretanto, era el hecho de que él
jamás regaba los brotes que plantaba.
 
Pasé a notar, después de algún tiempo,
que sus árboles estaban demorando
mucho en crecer.
Cierto día, resolví entonces aproximarme
al médico y le pregunté si él
no tenía recelo de que las plantas no crecieran,
pues percibía que él nunca las regaba.
Fue cuando, con un aire orgulloso,
él me describió su fantástica teoría.
 
Me dijo que, si regase sus plantas,
las raíces se acomodarían en la superficie
y quedarían siempre esperando por el agua fácil,
que venía de encima.
Como él no las regaba,
los árboles demorarían más para crecer,
pero sus raíces tenderían a migrar
hacia lo más profundo, en busca del agua
y de los variados nutrientes encontrados
en las capas más inferiores del suelo.
Así, según el, los árboles tendrían
raíces profundas
y serían más resistentes a la intemperie.

Y agrego que él frecuentemente
daba unas palmadas en sus árboles,
con un diario doblado,
y que hacía eso para que se mantuvieran
siempre despiertas y atentas.
Esa fue la única conversación
que tuvimos con mi vecino.
 
Tiempo después fui a vivir a otro país,
y nunca más volví a verlo.
Varios años después, al retornar del exterior,
fui a dar una mirada a mi antigua residencia.
Al aproximarme,
noté un bosque que no había antes.
 
¡¡Mi antiguo vecino, había realizado su sueño!!.
Lo curioso es que aquel era un día
de un viento muy fuerte y helado,
en que los árboles de la calle estaban arqueados,
como si no estuviesen  resistiendo al rigor del invierno.
 
Entretanto, al aproximarme al patio del médico,
noté cómo estaban sólidos sus árboles:
prácticamente no se movían,
resistiendo estoicamente aquel fuerte viento.
 
Qué efecto curioso, pensé...
Las adversidades por las  cuales
aquellos árboles habían pasado,
llevando palmaditas y habiendo
sido privados de agua,
parecía que los había beneficiado
de un modo que el confort
y el tratamiento más fácil
jamás lo habrían conseguido.
 
Todas las noches, antes de ir a acostarme,
doy siempre una mirada a mis hijos.
Observo atentamente sus camas
y veo cómo ellos han crecido.
Frecuentemente oro por ellos.
En la mayoría de las veces,
pido para que sus vidas sean fáciles,
para que no sufran las dificultades
y agresiones de éste mundo...
 
He pensado, entretanto,
que es hora de cambiar mis ruegos.
Ese cambio tiene que ver con el hecho
de que es inevitable que los vientos helados
y fuertes nos alcancen.
Sé que ellos encontrarán innumerables
dificultades y que, por tanto,
mis deseos de que las dificultades
no ocurran, han sido muy ingenuos.
 
Siempre habrá una tempestad
en algún momento de nuestras vidas,
porque, queramos o no,
la vida no es muy fácil.
 
Al contrario de lo que siempre he hecho,
pasaré a rezar para que mis hijos
crezcan con raíces profundas,
de tal forma que puedan retirar
energía de las mejores fuentes,
de las más divinas,
que se encuentran siempre
en los lugares más difíciles.
 
Pedimos siempre tener facilidades,
pero en verdad lo que necesitamos hacer
es pedir para desenvolver raíces fuertes
y profundas,
de tal modo que cuando las tempestades
lleguen y los vientos helados soplen,
resistamos con firmeza,
en vez de que seamos subyugados y barridos.
 
La naturaleza nos enseña
muchas cosas si las sabemos ver...

Desconozco el autor

saludos... besos...





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