Nada puede detenerse...
Todo gira, nada puede detenerse.
No hay reposo; jamás puede haber reposo.
Marcho en un viaje perpetuo.
¡Vamos, escúchame!
Mis señas son un gabán para la lluvia,
buen calzado y un bastón tallado en el bosque.
No conduzco a nadie a la mesa para comer,
ni a la biblioteca ni a la banca, pero cada hombre y a cada mujer
les señalo el camino hacia una cumbre.
Ni yo, ni otro, ninguno, puede andar ese camino en tu lugar;
tú, sólo tú, debes recorrerlo.
No está lejos, está a tu alcance, quizá, sin darte cuenta,
te hallas en él desde que naciste,
acaso lo encuentres de improviso en la tierra o en el mar.
Echa tu bolso al hombro, yo cargaré con el mío
y apresuremos nuestra partida.
En el camino encontraremos ciudades magníficas y naciones libres.
Si estás fatigado dame tu carga y apóyate en mi hombro,
llegado el momento, tú harás lo mismo por mí,
porque una vez en marcha no nos detendremos más.
Hoy, antes del amanecer, trepé hasta la colina y contemplé el cielo
lleno de estrellas, y le dije a mi espíritu:
“Cuando conozcamos todos estos mundos y disfrutemos del placer
y la sabiduría de todas las cosas, que en ellos existen
¡reposaremos tranquilos y satisfechos?”
Y mi espíritu respondió:
“No, Solo alcanzaremos esas alturas
para transponerlas y continuar más en ella”.
Walt Whitman
Saludos... besos...