Eres tierra preñada de simiente
con vigor abrasando en tus entrañas,
vibrante juventud que busca y siente
el sublime destino de las almas.
Eres roble creciendo recto al cielo
con ramas orientadas al azul,
tu raíz es profunda bajo el suelo
y tu savia es un río de inquietud.
Eres ola encrespada en mar incierto
con el germen intacto, fecundante,
en marea de espuma vas al puerto
de la paz y del bien, inexorable.
Eres luna de noche transparente
con tu faz alumbrada por el sol;
un faro en la negrura, refulgente,
excitado en la hoguera del amor.
Eres aire llenando los espacios,
con tu invisible fuerza sopla el viento
que arrastra a los escépticos reacios
y expresa la verdad del credo eterno.
Eres flor del jardín de un loco sueño
con pétalos que emanan la pureza;
pincelada de luz, lirio pequeño
en el tenue paisaje de acuarela.
Eres fuente que mana cristalina
con mensaje de siembra en el desierto,
raudo caudal de plata peregrina
al delta del remanso, del sosiego.
Eres paloma en vuelo al infinito,
con alas de ideal renovador,
tras la huella de tu guardián bendito
elevas el sensible corazón.
Eres risa en radiante sinfonía
con arpegios sonoros de esperanza,
campanario de gracia y armonía
para el bronce tañer de las plegarias.
Eres beso inocente de la infancia
con aroma de místico candor,
ese beso que acorta la distancia
que separa a la humanidad de Dios.
Eres imagen limpia de lo autentico,
con tu mano extendida hacia el hermano
quieres cambiar un ámbito esperpéntico
y te entregas feliz, apasionado.
Eres talento firme sobre el caos
con tesis natural arrinconada,
un capitán fantasma de las naos
pilotadas con rumbo a la añoranza.
Eres idea libre de cadenas,
con genio creador de nuevos mundos
rompes rancios conceptos, viejas penas,
lastre del hombre esclavo y taciturno.
Eres alma gritando lo inaudito
con absoluto espíritu inmortal,
abandonas lo agónico marchito,
te afanas en futura realidad.
Eres voz que encarnó en el firmamento
con lenguaje cargado de sentido,
filigrana, sutil encantamiento,
sortilegio de sílabas magnífico.
Eres la juventud que emerge y lucha
con abono animal de antiguos retos,
en tus brotes la Inmensidad se escucha
y tu fruto será manjar selecto.
Eres hombre hoy por Ley, no lo suscribo,
con sólo tantos años como estrofas
de este amante poema que te escribo,
eres niño que a hombre evoluciona.
Serás hombre, hijo mío, si persigues,
con la entidad de Dios que llevas dentro,
cumplir tu alta misión, y al fin consigues,
siendo grande amoldarte a ser pequeño.