Defiendo este cuerpo.
Pido por esta piel,
horadada de adioses
por estos pies,
que no acompañaron mi caída.
Pido por este cuerpo
maltrecho en el combate
como antigua piedra del oráculo,
herido de muerte más de cien veces
aún cuerpo.
Pido por el alma ingenua
engañada en la razón o la ignominia.
Clemencia para los asesinos.
Verás rodar una lágrima
conteniendo la pena del mundo.
Pido, por último,
Poesía.
Único alimento en la intemperie,
para esta noche
a oscuras.