Pasó por el mundo gigante y airoso sembrando dulzuras, amor, caridad amigo sincero, y admirable esposo padre cariñoso… ¡Padre sin igual!
Te fuiste dejando tristeza en mi pecho, soledad tangible, recuerdos, amor, en vano te busco, en vano te extraño.
se que no regresaras....
Ayer, nada menos, me diste consejos dejaste que fuera valiente, con Fe, y ya en tu semblante tus ojos, espejos de un ser que se marcha, las marcas miré.
Jamás una queja salió de tus labios sufrías en silencio tu cruento dolor a veces te dieron maldad y agravios a cambio del acto de un sano favor.
Recuerdo de acciones de altruismo sincero que a muchos la vida quizás salvarán y al fin para irte, momento postrero; te diste a ti mismo, cual dieras tu pan.
No fuiste tan solo “la sombra que pasa” que no deja huellas así que pasó, tu huella se mira, grandiosa se alza, y ya en beneficios sus frutos brindó.
Tus obras el tiempo más fuerza les dona, lo bueno no muere ni muere su autor, perdura en sus frutos, el tiempo lo abona, y en cada semilla renace su albor.
Así, no te has ido… Así, no te has muerto, tan solo en tu fosa te encuentras dormido; o quizá en la gloria te encuentras despierto contemplando al Cristo que tanto has querido.
d.a
A MI QUERIDO PAPA, TE EXTRAÑO MUCHO. |