Rafael Rojas pasó de los restoranes chilenos a los teatros argentinos con "La esquina Carlos Gardel", montaje que este fin de semana se presenta en Santiago y Viña del Mar.
Miércoles 6 de Agosto de 2008
13:34
Sebastián Cerda, El Mercurio Online
SANTIAGO.- En los 90 fue figura habitual de restoranes y shows santiaguinos, a los que cientos de espectadores llegaban en cada oportunidad atraídos por ese cierto don que poseía. Una característica que pronto fue tomando ribetes curiosos: Rafael Rojas cantaba y lucía de forma llamativamente similar al mítico Carlos Gardel.
Tal reputación lo llevó en 2001 a la mismísima capital del tango, Buenos Aires, donde desde entonces tiene un trabajo estable encarnando precisamente al "Zorzal Criollo", en uno de los principales espectáculos de tango de la capital argentina: "La esquina Carlos Gardel".
El show multidisciplinario estará este fin de semana en Chile, engrosando la presencia de ese tipo de espectáculos en nuestra cartelera, que en el último año ha recibido, entre otros, a "Piazzolla Tango" y "Buenos Aires Tango".
Sin embargo, Rojas destaca un plus en el número con que actuará en Santiago y Viña del Mar, este sábado y domingo, respectivamente, en comparación con los demás que nos han visitado. "Yo soy la fortaleza del espectáculo", dice medio en serio medio en broma, al teléfono desde Buenos Aires. "No, el baile y la orquesta son muy buenos. Y yo también, por supuesto. Lo que pasa es que el espectáculo está enfocado en Gardel, y como yo cumplo con esa parte...", aclara.
El cantante nacional ha podido recorrer el mundo de la mano de la compañía bonaerense —que asegura que le ha reportado "conocimiento y crecimiento"—, aunque su centro de operaciones está en la capital trasandina, donde "La esquina Carlos Gardel" forma parte de la cartelera estable desde hace ya varios años.
Eso a pesar de que "al espectáculo llega gente argentina de mucho dinero y sobre todo turistas, porque es demasiado caro para la gente común. Es muy exclusivo". Algo que no ha sido impedimento para que Rojas haya podido llegar también a otros públicos, que no han mostrado mayores reparos con que un chileno encarne a uno de sus máximos iconos culturales.
"Me han recibido muy bien, acá nunca tuve problemas. He ido a todos los homenajes a Gardel, a la Chacarita, a su casa, y el recibimiento de la gente gardeliana es enorme. Tanto que estoy pensando en hacer algo en la tarde", cuenta, pensando en toda la gente que por motivos económicos no puede asistir al espectáculo.