Del 20 al 25 por ciento de los hombres que de manera persistente abusan de sus mujeres son psicópatas.
Los hombres que "engañan a sus esposas, abusan de ellas emocionalmente, no trabajan y malgastan el dinero que ellas consiguen por su trabajo, en juego, alcohol y en coquetear con otras mujeres suelen ser psicópatas", comentó Hare.
Según Hare, autor del Psycopathy Check List (PCL), como se denomina en inglés su procedimiento para detectar a los psicópatas, las investigaciones efectuadas en Norteamérica "indican que del 20 al 25 por ciento de los hombres que de manera persistente abusan de sus mujeres son psicópatas".
Añadió que los estudios efectuados en otros países llegan a las mismas conclusiones, por lo que indicó que "estaría sorprendido si hubiera diferencias" en España.
Hare explicó que el 75 o el 80 por ciento restante de hombres que llevan a cabo agresiones contra la mujer con la que conviven "no hay razón para creer que estén muy sanos", al mostrar tal actitud.
"Los psicópatas son muy persuasivos y convincentes", de manera que son capaces de convencer a un psiquiatra o a un juez de que ellos no son el problema, sino que el culpable de la situación es la víctima, dijo el investigador canadiense, que lleva más de tres décadas dedicado a analizar la situación.
"Legalmente no se puede hacer nada contra ellos", indicó Hare, quien aconsejó a quienes se ven confrontados a personas psicópatas que desarrollen "estrategias para protegerse" con mucha cautela.
"En caso de querer abandonarlo puede ser arriesgado, porque consideran a su marido o su mujer como una posesión más, como si se tratara del coche o el perro", concluyó.
"Probablemente la genética juega una papel más importante que el medio social en el que se desarrolla", dijo Hare, quien indicó que hasta el momento la manera más eficaz de prevenir es detectar precozmente esa actitud, especialmente a partir de los 7 y 8 años, cuando comienzan a "robar, engañar y hacer daño a los demás" con comportamientos "muy fuera de lo normal", apuntó.
Señaló que el principal problema es cuando logran desarrollarse en ambientes en los que "ser un psicópata está bien considerado", tales como ambientes de pobreza y conflicto, pero también en la dirección de empresas en momentos de turbulencias financieras o al frente de países en guerra.
"Los psicópatas se mueven muy bien en organizaciones y países inestables en los que no hay leyes firmes y explícitas, incluso en situaciones caóticas", dijo, y apuntó que durante la guerra en la antigua Yugoslavia o el desmoronamiento de la Unión Soviética proliferaron.