A través de los productos japoneses que inundan actualmente el mercado occidental, ¿qué imagen tiene usted sobre el Japón? Gracias a su éxito económico, se ha convertido en uno de los países industrialmente más desarrollados del mundo Muchos periodistas occidentales han visitado este país para descubrir los secretos de su éxito y han descubierto que existe un alto nivel educativo de los trabajadores, un gran numero de robots en servicio, un absentismo laboral en las fábricas casi insignificante, etc.
Sin embargo, es extraño que en sus reportajes no se refieran a un problema cotidiano: por ejemplo, ¿cómo siguen los japoneses las mutaciones sociales y tecnológicas? Especialmente, ¿cómo conservan la salud en un país como Japón, donde la gente está obligada a adaptarse sin cesar a dichas mutaciones? Los japoneses están expuestos a toda clase de estrés y a la contaminación ambiental, subproductos de este desarrollo industrial.
A pesar de este ambiente desfavorable para tener una vida sana, pocos europeos saben que la esperanza de vida japonesa no cesa de alargarse y que está casi en el primer lugar del mundo. El hombre más viejo del mundo era un japonés llamado Shigechiyo Izumí, que celebró sus 120 años en 1985, pero que desgraciadamente murió al principio de 1986. ¿Por qué existe esta contradicción? Es difícil contestar perfectamente a esta cuestión, pero puedo hacerlo en parte observando las costumbres japonesas para resolver problemas cotidianos de salud. En Japón, además de la medicina moderna, existen muchas terapias tradicionales que son utilizadas a menudo para recobrarse de la fatiga o para restablecer el equilibrio físico y mental Así, la medicina tradicional japonesa llena bien las lagunas de la medicina moderna.