El día amaneció muy hermoso!
¡El sol lo alumbraba todo con su esplendor!
Hasta el aire se sentía más puro.
Los árboles, tenían un verde especial...
todo parecía tener sentido.
Las aves jugaban en el cielo,
que hoy, se veía más azul que nunca.
¡Y en él, se dibujaban unas nubecillas
que parecían algodón...!
¡Todo era mágico...!
¡Hasta las personas se veían diferentes!
Una sonrisa aquí, otra sonrisa allá,
ayudando a que el día continuara,
con la misma dulzura,
con la que había comenzado.
Era tan maravilloso el paisaje
que se presentaba ante mis ojos,
que me hizo alabar al Creador
por tanta belleza...
¡Me hizo ver la vida de forma diferente...!
Estando en mi ventana
admirando tanta hermosura,
vinieron a mi mente tantos recuerdos...
"mi niñez, mi adolescencia,
y los días que vivo"...
¡tantas cosas que han sucedido desde entonces; tantos problemas,
que he tenido que afrontar...!
¡Ha sido muy dura mi vida!
¡Tanto!... que sé,
que si no fuera por esa fuerza
que proviene del Dios,
no hubiera tenido las agallas
para continuar luchando...
Todos los que me conocen,
no imaginan la cantidad de cosas
por las cuales he tenido que pasar.
Dentro de todo,
me considero una persona afortunada.
¡Tengo tanta gente hermosa a mi alrededor!
...que comparte mis días,
que me dan su apoyo, su cariño,
y hacen que luche con más fuerza.
Que a pesar de mis caídas,
me ayudan a levantarme y con más orgullo,
con más ánimo que nunca...
Pero, soy un ser humano
que tiene defectos y virtudes como todos.
Muy sensible, que también siento,
padezco y sufro...
Que aunque fuerte,
también siento debilidad ante las pruebas que me da la vida.
Que necesito un motivo
para seguir viviendo y triunfar; un motivo
¡para seguir adelante...!
¡Día a día triunfo,
cuando doy lo mejor de mí!
Cuando comparto lo mucho o poco que tengo...
"Una sonrisa, un aplauso,
una caricia en el momento preciso,
una palabra de aliento"