¿Qué estabas
haciendo? ¿Me querés acompañar? Si mirás dentro de las palabras, me
verás venir en un caballo alado a infundirte coraje. Hoy jugaré a ser
un noble caballero de la orden sagrada del divino corazón, que por amor
acude a tu encuentro para que viajemos. Este vuelo alquímico te ayudará
a recordar. Le devolverá a tus ojos el brillo de tu espíritu guerrero.
Sos luz. De pie, que falta muy poco. Internamente sabés que este juego
ya lo jugamos. También sabés que triunfamos abriendo el corazón.
¿Te sorprende
ver que siendo un caballero ya no lleve espada ni armadura? Es tiempo
de paz. Este es el momento en donde fluir, en vez de resistir, se
convierte en la mejor estrategia para que la magia de la vida nos eleve
con sus destellos dorados. Somos las hebras que conforman la trama por
donde viaja la luz. Ya no más batallas, no más peleas. Conscientes de
que el amor todo lo puede, es hora de sentir que estamos religados en
la unidad del espíritu. Somos hermanos. Dame la mano, subí. Daremos un
paseo.
¿Acaso ves que
los árboles sostengan banderas? ¿Hay algún río que se ufane de ser
frontera? Tampoco observamos que el viento lleve pasaporte ni
escuchamos a las montañas decir: “Somos de tal país”. La naturaleza se
expresa de manera unificada. El hombre no lo hace porque al cerrar su
corazón quedó preso de la ilusión que lo muestra separado. ¿Querés
ayudarme? En este viaje alado rociaremos las ciudades con la esencia de
los corazones que han despertado y han recordado que vibramos en unidad.
En aquellas
zonas en donde hay tristeza, esparciremos flores de loto -a modo de
inspiración- para que nadie olvide que incluso en el barro se puede
florecer sin perder la pureza. Prometimos ayudar y eso es lo que
seguimos haciendo al infundir aliento centrados en nuestro interior. La
vibración del amor debe expandirse para llegar a los rincones en donde
existan corazones que sientan el llamado a despertar. Vinimos a
co-crear el cielo en la Tierra y así volver a celebrar la grandiosa
alegría de sentirnos libres.
No hay límites
en nuestro mundo interno, de ahí que hoy te haya visitado en este
fantástico caballo alado para que mantengas vivo el sentido de nuestra
tarea humanitaria. Por amor vinimos, por amor vivimos, por amor
elegimos impulsar el ancestral recuerdo de sabernos Uno. Confiá, queda
muy poco. Celebro porque tenés el temple necesario para seguir
iluminando desde tu paz interior. Sólo debemos fluir. Sabés que este
juego ya lo jugamos, también sabés que triunfamos abriendo el corazón
para sentir.
Julio Andrés Pagano
Proyecto Despertar
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