***APELO A TÍ, MUJER DOLIDA***
Apelo a tí, mujer, con el alma dolorida y quizá también el cuerpo.
Escúchame, por favor...
Cierra los ojos, imagina... estás en un jardín, inmenso, ilimitado, flores multicolor y mariposas azules, rojas, amarillas, verdes, arco iris.
Cierra los ojos, escucha el sonido de las olas del mar, acariciando tus pies, calmando tu alma, arrastrando el dolor hacia el olvido.
Cierra los ojos, siente la dignidad de tu alma, jamás robada; nadie puede ni siquiera él, mucho menos él, porque no es digno de ti, de tu alma digna, de tu ser valioso, de tu unicidad e irrepetibilidad, porque eres única, porque dentro de ti está tu luz, la luz de la esperanza de la alegría, del amor de tus hijos, de quienes te quieren bien, de quienes te valoran. La luz capaz de borrar el odio, de diluir la tristeza, el miedo de hacer desaparecer para siempre los golpes, las mentiras, el desamor.
Cierra los ojos, respira hondo, estás ahí, dentro de ti, brillando, deseando abandonar esa cárcel del maltrato, esa existencia borrada pero no perdida, anhelando vivir tu vida, tu ser lejos del odio, del dolor, lejos de los gritos inmaduros, de los insultos infames, lejos de quien no te merece.
Estás ahí, dentro de tí, sal... abre tus alas de mariposa, el mundo te está esperando, otra vida te está anhelando. No más lágrimas tristes, no más palabras falsas, ni promesas incumplidas.
Porque tienes derecho, porque tú puedes, porque tú eres, porque nadie puede pensar por ti, sentir por ti, decir por ti; ni dominarte, ni utilizarte, ni abusarte. Si tú dices no, si coges con la mano tu luz y la dejas volar, como una mariposa, al encuentro de una vida sin dolor, a la esperanza de días de sol, en los que el mar besa tus pies, en los que respiras el color de las flores y te acarician pétalos multicolor.
Cierra los ojos y ahora ábrelos bien, estás ahí!!!... eres tú, sal de tií abandona la cárcel del odio y tu alma dolorida sanará, ya lo verás, con el tiempo, con las caricias del mar.
Con el vuelo de las mariposas, con el beso de tus hijos, de tus seres queridos que te quieren de verdad.
No tengas miedo, porque nadie puede apagar tu luz, es imposible, está muy dentro, nadie puede llegar, sólo tú, mujer.
Abre la ventana y déjala salir, que el viento la eleve, que el cielo se llene de estrellas, que la tierra florezca con tu luz, con tu ser y la paz llegará, a tu alma.