Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

AYUDA-AMISTAD
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Normas del Grupo 
 Plantas que sanan 
 Terapias Alternativas 
 Foro Consulta 
 Medicina y Salud 
 Reflexiones 
 Leyendas 
 Mundo Animal 
 Nuestras Recetas 
 Poemas 
 Música 
 Humor 
 Gifs y carteles 
 Capilla Virtual 
 ¡¡¡Vamos a estar en el Museo!!! 
 ¿Nos conocemos más? 
 Cumpleaños 
 Mensajes MPGrupos 
 Juegos 
 General 
 MICRO-CUENTOS 
 FIBROMIALGIA 
 
 
  Herramientas
 
General: PALOMITAS DE MAÍZ
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: yoya  (Mensaje original) Enviado: 13/03/2010 23:34
PALOMITAS DE MAÍZ
 
 
Las rosetas que no pasan por el fuego continúan siendo granos para siempre.

Lo mismo sucede con las personas. Las grandes transformaciones suceden cuando pasamos por el fuego.
Aquellos que no pasan por el fuego, permanecen la vida entera de la misma forma.
 
Son personas con una dureza y un marasmo asombrosos.
Solamente que ellas no lo perciben y creen que su forma de ser, es la mejor forma de ser.

Pero, de repente, llega el fuego. El fuego es cuando la vida nos lanza a una situación que nunca imaginamos: el dolor.
Puede ser fuego del exterior: perder un amor, perder un hijo, el padre, la madre, perder el empleo o volverse pobre.
Puede ser fuego desde dentro: pánico, miedo, ansiedad, depresión o sufrimiento, cuyas causas ignoramos. Hay siempre un recurso como remedio:
¡Apagar el fuego!
Sin fuego el sufrimiento disminuye y también, con ello, la posibilidad de una gran transformación.
Imagino que las pobres rosetas, encerradas dentro de la olla y poniéndose cada vez más caliente allí adentro, piensan que su hora llegó: van a morir.
 
Dentro de su dura cáscara, encerradas en sí mismas, no pueden imaginar un destino diferente para sí mismas.
No pueden imaginar la transformación que está siendo preparada para ellas.

Las rosetas no imaginan aquello de lo que son capaces.
Y allí, sin previo aviso, la gran transformación sucede por el poder del fuego: ¡BUM! ¡BUM! ¡BUM! ...
Y aparecen como otra cosa completamente diferente, algo que ellas nunca habían soñado.
 
Bien, pero aún tenemos las rosetas malogradas, que son los granos de maíz que se rehúsan a reventar.
Son como aquellas personas que, por mucho que el fuego caliente, se rehúsan a cambiar.

 
Creen que no puede existir algo más maravilloso que su forma de ser. El orgullo y el miedo son la dura cáscara de las rosetas que no revientan.

 
Sin embargo, su destino es triste, pues permanecerán duras la vida entera.

 
No van a transformarse en una flor blanca, suave y nutritiva.
 
No van a darle alegría a nadie.
 
Autor desconocido


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados