cuando nos sentimos cansados de luchar contra la adversidad, en lugar de rendirnos debemos cambiar nuestra estrategia por què, seguramente, no es la adversidad la que detiene nuestros proyectos, sino la forma como los estamos enfrentando.
Rincones
Acurrucado y solo. No hay rincones que no sepan mi nombre y apellidos; huelen mi sombra, escuchan mis ideas, y me llaman amigo. Tal vez no estoy tan solo. Pero quizá lo estoy. Desentendido cruza en silencio cada transeúnte. Será que no me ven. ¿Y si les grito? No alcanzarán a oirme. Son tan sordos que tan sólo se escuchan a sí mismos. Me acoplo a los rincones. Son oscuros, pero nunca sombríos; más bien acogedores, exhibiendo tonos cordiales, íntimos. Les permito abrazarme, siempre abiertos sus ángulos vacíos. En sus espacios he resucitado viejos sueños. También los he dormido. Y en ocasiones me ha clavado alguno su afilado cuchillo. Pero yo los entiendo, y me comprenden; a veces su latido es mi latido, y el silencio que imparten lleva impreso la gloria y el sabor de un viejo vino. Acurrucado en ellos, cuando nadie me ofrece su calor, palabra, oído, parece que estoy solo, pero me hallo en la cima del mundo: Estoy conmigo.