Por Randolph E. Schmid, AP
Washington. — La abuela estaba en lo correcto cuando decía ‘escucha a tus mayores’. Una nueva investigación indica que la gente de más edad, de hecho, es más sabia, tanto cuando se trata de lidiar con conflictos entre personas como al aceptar las incertidumbres de la vida y la eterna presencia del cambio.
No es una pregunta de cuánta información tiene alguien, sino cómo se manejan en los desacuerdos entre personas y su sabiduría social.
Los investigadores encabezados por Richard E. Nisbett, de la Universidad de Michigan, encontraron que la gente de más edad era más adepta que la joven o de edad intermedia a reconocer que los valores difieren entre la gente, a admitir las incertidumbres, a aceptar que las cosas cambian con el tiempo y a reconocer puntos de vista de otros.
“Los efectos de la edad en sabiduría aplican en todos las clases sociales, niveles educativos y de coeficiente intelectual”, reportó la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.
En el moderno Estados Unidos, la gente mayor pudiera no tener más conocimientos al operar computadoras o controles remotos, reconoció Nisbett, “pero nuestros resultados indican que los ancianos tienen algunas ventajas para el análisis de los problemas sociales”.
“Espero que nuestros resultados motiven a la gente a asumir que la gente vieja puede contribuir a resolver problemas sociales”, dijo Nisbett.
En una parte del estudio, los investigadores reclutaron 247 personas en Michigan, hicieron grupos iguales con edades de 25 a 40 años, de 41 a 59 y de más de 60.
Los participantes recibieron reportes ficticios del conflicto entre grupos en un país extranjero y se les preguntó cuál pensaban que sería el resultado.
Las respuestas fueron clasificadas por los investigadores, quienes no sabían la edad individual o del grupo del que venía la respuesta. Las clasificaciones se fundamentaron en aspectos como búsqueda por compromiso y flexibilidad, considerando perspectivas de otros y búsqueda para una solución al conflicto.
El estudio concluyó que la situación económica, educación y el coeficiente intelectual también estaban relacionados significativamente con el aumento de la sabiduría, pero encontraron que “los académicos no eran más sabios que los no académicos” con niveles de educación similares.
Nisbett, codirector del Programa de Cultura y Cognición de la Universidad de Michigan, tiene 68 años y su equipo de coautores varían desde los 25 hasta los 55.
La investigación fue respaldada por la Fundación Russell Sage, el Instituto Nacional del Envejecimiento y la oganización National Science Foundation Grant.