El movimiento telúrico de 7.1 en la escala abierta de Richter sacudió áreas de la prefectura autónoma tibetana de Yushu en la citada provincia.

La destrucción es apreciable en un gran número de viviendas y otros inmuebles, así como en carreteras, caminos y torres de electricidad, entre otros.

Personal médico, socorristas, soldados y población participan en las labores de rescate, mientras a las regiones afectadas continúa llegando ayuda de varias partes el país, incluidas tiendas de campaña, ropa, mantas y material médico.

El presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao ordenaron a las autoridades locales realizar todos los esfuerzos necesarios para salvar vidas y asistir a las víctimas, en tanto el viceprimer ministro Hui Liangyu se trasladó a la zona del desastre para supervisar la operación.

La búsqueda de sobrevivientes se realiza en una región situada a unos cuatro mil metros sobre el nivel del mar y en medio de temperaturas muy bajas.