¡Qué sudores! 
Cuando suben las temperaturas, queda patente, como en ninguna otra época del año, la eficacia de tu desodorante. Cualquier fallo puede hacer aguas en tu camiseta y ponerte en evidencia. No hay nada peor que tu último top con rodetes bajo el brazo...
10 consejos anti-transpirantes La sudoración es una respuesta tan natural como molesta. Si quieres tener la situación bajo control, debes aplicar siempre tu desodorante sobre la piel perfectamente limpia y seca. Lo ideal es cada mañana después de la ducha, pero esto no es todo lo que puedes hacer a favor de tu higiene axilar. Los expertos de los laboratorios de Palmolive quieren ayudarte con un decálogo especial para mantener el sudor a raya:
Llevar una dieta equilibrada en la que se favorezcan los alimentos ricos en agua, las frutas cítricas y las verduras.
Evitar ciertos alimentos que potencien el mal olor de nuestro sudor, por ejemplo el ajo, la cebolla, las sardinas, el brécol o los espárragos.
Ingerir suficiente líquido. Es importante beber en abundancia. No tenemos que esperar a tener sed, un síntoma de deshidratación.
Mantener la higiene corporal mediante una ducha de agua tibia y jabón que evite las bacterias que causan el mal olor.
Aplicar el desodorante sobre la piel limpia y seca, como complemento a la higiene diaria.
Usar ropas de tejidos naturales y transpirables (algodón, seda o lino).
Mantener el equilibrio mental para controlar la transpiración emocional (estrés, ansiedad, miedo, etc.).
Especial cuidado con los niños y las personas ancianas porque presentan más dificultades para expulsar el calor de su cuerpo.
Protegerse del sol, las insolaciones y los golpes de calor son otro riesgo de los meses de verano que debemos cuidar.
Utilizar abanicos y ventiladores, y buscar las sombras y las corrientes de aire para prevenir la deshidratación, evitando la sudoración excesiva. |