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Da: MARINA  (Messaggio originale) Inviato: 06/05/2010 15:23

La Soledad

Una noche, una gran tormenta visitó aquel sitio,

y Almustafá y sus discípulos, los nueve, entraron en la casa

y sentáronse ante la chimenea encendida.

Y estaban tranquilos y silenciosos.

Luego, uno de sus discípulos dijo:

Estoy solo, maestro,

y los cascos de las horas golpean pesadamente en mi pecho.

Y Almustafá se puso en pie en medio de ellos y dijo,

con una voz que era como el sonido del viento fuerte:

¡Solo! ¿Y qué con ello? Solos habéis venido al mundo

 y solos pasaréis a formar parte de la niebla.

Por tanto, bebed vuestra copa a solas y en silencio.

 Los días del otoño han dado a otros labios otras copas,

y las han llenado de vino amargo y dulce,

así como han llenado vuestra copa.

Bebed vuestra copa a solas, aunque os sepa,

a vuestra propia sangre y a vuestras propias lágrimas,

y alabad a la vida por el donde la sed.

 Porque sin la sed vuestro corazón no es sino la playa desolada,

sin cantos y sin mareas.

Bebed vuestra copa a solas y bebedla con exclamaciones de alegría.

Alzadla muy por encima de vuestra cabeza

y bebed de un solo trago, a la salud de quienes beben a solas.

Una vez busqué la compañía de los hombres

y me senté con ellos a sus mesas de banquete

y bebí mucho con ellos; pero, su vino no se me subió a la cabeza,

ni fluyó hasta mi pecho. Sólo bajó hasta mis pies.

 Mi sabiduría se quedó seca

y mi corazón permaneció encerrado  y sellado.

Solamente mis pies los acompañaron en medio de su niebla.

Y no volví a buscar la compañía de los hombres

ni a beber vino con ellos sentado a sus mesas.

Por tanto, yo os digo que, aunque los cascos de las horas

 golpeen pesadamente en vuestro pecho, ¿qué con ello?

 Bien está que bebáis vuestra copa de tristeza a solas,

y vuestra copa de. alegría también la beberéis a solas.

KHALIL GIBRÁN
EL JARDÍN DEL PROFETA

 

 

 

 




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