Sí, ES VERDAD… mucha gente vive en situación de pobreza, pero no se confundan, no hablo de pobreza material o económica, porque hay gente en lugares que tiene todo al alcance de la mano, una ciudad grande, dinero, bares, espectáculos, obras sociales, trabajo, reconocimiento social, etc, y sin embargo son muy pobres de alma.
Su espíritu puede que sea tal vez más pobre que aquel vive en una montañita cultivando su parcela de tierra y ni siquiera tiene televisión. ¿Por qué?
Porque para vivir en armonía hay que ser consecuente con lo que se dice y con lo que se hace, si el ser humano se aleja de aquello que les propio por naturaleza y busca vivir en un mundo artificial donde ni siquiera importa el interrogante, menos importara una respuesta.
Porque para vivir en armonía hace falta reconocer nuestra propia naturaleza, luego mirarnos en el espejo del alma y reconocernos con nuestras fortalezas y debilidades para modificar estados interiores que merecen ser cambiados.
Vivir en armonía significa establecer en el alma un sol y un cielo, un lugar firme como la tierra y un viento que nos refresque, entonces comprenderemos al sol, a la tierra y al viento, entonces comenzaremos a alinearnos con todo lo que nos rodea, para ser uno con la vida, para ser vida toda y aún así…
seguir siendo uno.