Desde la salida de Benito Juárez García de la presidencia de México y la entrada al poder del que se convirtiese en dictador Porfirio Díaz; los derechos y las oportunidades de crecimiento para los ciudadanos era limitado a la clase alta. Los obreros, agrarios, y miembros incluso de la clase media (algunos de los cuales podían acceder a la educación), estaban bajo el yugo del cruel gobierno sin la opción de tener una mejor calidad de vida.
Debido a lo anterior, se suscitó a lo largo del país la rebelión de diferentes grupos (llamados guerrilleros) que se dedicaban al hurto y al bandolerismo. La situación de pobreza, falta de educación, acceso a servicios (sobre todo médicos) obligó a diferentes personajes a levantarse en armas contra el opresor (La dictadura) bajo el mando de diversos líderes que en compañía de sus seguidores defendieron sus derechos y de sus hijos con su sangre.
Madero
Uno de esos personajes fue Francisco I. Madero, que se opuso principalmente a la reelección con el Plan de San Luis y estableciendo su famosa frase: “Sufragio efectivo, No reelección”. Y fue bajo ese lema que se inició la lucha el día 20 de noviembre de 1910. La presión y el número de individuos que se sumaron a la batalla obligaron a Porfirio Díaz a dejar la presidencia.