Muchos popurrís modernos contienen cualquier tipo de madera seca (no necesariamente aromática) con formas decorativas, coloreada con pigmentos artificiales, e impregnada de una esencia que no tiene por qué guardar relación con la planta usada. Algunas veces se añaden otros objetos a las plantas para acentuar su efecto y darles una nota más estética. Es posible pulverizar esencias en un popurrí, sin embargo es necesario el uso de un fijador para favorecer la absorción de la sustancia. Generalmente se usan raices de una especie de iris, para este propósito.
El Popurrí es usado para ambientar un lugar con un aroma agradable. Se hacen mezclando aceites, hojas, o flores secas al gusto y guardándolas en un recipiente hermético algunas semanas. A mitad del proceso el aroma es desagradable, pero si espera un poco, las notas comenzarán a mejorar así que no hay que desesperar o desanimarse
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La palabra popurrí deriva del término francés pot-pourri («olla podrida», nombre de un plato español característico por lo variado de sus ingredientes) y también es usada para referirse a una mezcla de elementos sin aparente relación o de objetos diversos.