BENDICIONES
Que tus manos sean siempre generosas y solidarias,
y que tus pasos transiten, firmes, el rumbo de la paz.
Que tus oídos permanezcan abiertos
a la voz de Dios y al clamor de tus prójimos,
y que tu boca sepa pronunciar palabras
que animen, que sanen, que perdonen,
que denuncien la injusticia y anuncien la vida.
Que tu mirada brille, pura, con la luz de la esperanza
y que tu vida entera refleje
en cada acto, en cada gesto,
en cada sonido y en cada silencio
el amor de Dios.