A veces sucede que no encuentras como seguir, que necesitemos renovar nuestra energía y recargar nuestro cuerpo, mente y espíritu. Bien sea que asistamos a un retiro espiritual o simplemente demos una caminata en la naturaleza, el pasar tiempo a solas, lejos de nuestra vida diaria, es una parte sagrada de nuestra práctica espiritual. No pasemos nuestro tiempo a solas preocupados por nosotros mismos ni por las expectativas, los juicios o las inquietudes. Es un tiempo sagrado para crecer espiritualmente. El tiempo a solas renueva nuestro espíritu. Nuestra energía aumenta y nuestra fortaleza es restaurada. Nuestra mente es refrescada y nuestros pensamientos son prosperados. Y sentimos un entusiasmo nuevo por la vida. Regresamos a nuestra vida cotidiana revitalizados. Listos para actuar según nuestra inspiración recién encontrada.
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