El día en que cada ser humano se encargue del cuidado de un árbol y enseñe este arte a sus hijos; el día en que cada familia se comprometa en la protección de una especie; el día en que cada gobierno busque con afán mejorar la calidad de vida de los ciudadanos; el día en que se valore más la vida que la industria de la guerra; el día en que cada uno de nosotros tenga el firme deseo de ser mejor para servir a sus hermanos... ¡La tierra será un paraíso y de nuevo el hombre amará la naturaleza, y entenderá el lenguaje del silencio en el que habla Dios!