Niños hacinados en albergues. Mujeres mendigando con un talego en una esquina. Hombres desempleados arrastrando una carreta por las calles polvorientas de Santo Domingo en busca de sustento. Las escenas se repiten hoy, tal cual como las vio el mundo entero hace un año, cuando un sismo sumió en el caos y la crisis, el dolor y la devastación a la República de Haití
Los problemas de acceso a servicios básicos como el agua, saneamiento, salud y educación siguen para los cuatro millones de niños de Haití casi un año después del terremoto que sacudió a la isla caribeña.
La recuperación “apenas comienza” para los menores, que son quienes más “han sufrido y siguen sufriendo” las consecuencias del devastador terremoto, un huracán y una epidemia de cólera, dijo Françoise Gruloos-Ackermans, de Unicef.
Cuando ocurrió el desastre sólo la mitad de los niños accedía a la educación primaria, una quinta parte llegaba a secundaria, pero sólo el 2% se graduaba. Históricamente, Haití es de los países con más desigualdad de ingresos: la mitad de la población vivía con menos de un dólar al día.
La isla caribeña parece flotar a la deriva un año después de aquel 12 de enero de 2010, cuando un terremoto de 7 grados en la escala de Ritcher dejó más de 300.000 muertos, dos millones de damnificados y arrasó la capital y otras zonas del país más paupérrimo de América Latina.
¡no nos olvidemos de ellos y busquemos las organizaciones de ayuda a este país para ir a colaborar!
Paloma