No requiere una gran inversión. Sólo necesitas tiempo y algunos ingredientes que encontrarás en el refrigerador y la despensa.
El estrés del trabajo, agobia. Andar de un lado para otro sin parar, fatiga. No tener tiempo para ti, imperdonable. Hay que parar. Darse cuenta que el tiempo que se invierte en uno es necesario y hasta imprescindible. Y qué mejor forma de mimarse, organizando tu propio spa y en la casa.
No es complicado. Una opción es utilizar elementos sencillos, naturales y fáciles de adquirir. Otra, incluir productos de marcas reconocidas. Pero también es importante ocuparse del ambiente y del estado de ánimo en que te encuentras.
Busca unas velas, un difusor para aceites esenciales (aromaterapia) para relajar. Los expertos recomiendan lavanda, naranja, bergamota o jazmín. En el siguiente paso, selecciona música de relajación y ten a mano un jarro de agua o jugo natural.
Antes de empezar, tómate un momento para beber el vaso de agua. Este acto te obligará a detener la respiración y hacerte consciente de ella. “El agua renueva el agua de mi cuerpo, lo que ayudará a calmar mis emociones y me exigirá ser consciente de lo que estoy haciendo o de lo contrario puedo ahogarme. Este es el primer paso hacia tu paz interior”, aconseja Verónica Silva, especialista en terapias de relajación y sanación.
Con los ojos cerrados, continúa con esa respiración calmada y profunda, al menos por tres minutos. Después de este breve momento es hora de ir al agua.
Llena de agua caliente la tina para un baño reparador. La temperatura ideal, según los expertos, es alrededor de los 31 a 32 grados, pero prueba antes de entrar.
Si has tenido un día agotador y problemático escoge 1 kilo de sal de mar y vierte unas gotas de aceites esenciales. Pero si te interesa aliviar la piel, cerrar los poros para hidratar y suavizar, utiliza la mitad de un vaso de bicarbonato en el baño. Este ingrediente permite tonificar la piel y tiene también virtudes relajantes.
Permanece en el agua por lo menos 15 minutos y sin hacer nada, desconéctate. Si es imposible, toma un guante de crin y masajea el cuerpo para ayudar a energizar la circulación.
Para finalizar esta etapa en los spa’s sugieren que al salir de la tina darse una ducha con agua tibia-fría para vigorizar el cuerpo. Comienza por los pies hasta llegar a la cabeza. Inténtalo lentamente. Si quieres una buena irrigación al cerebro, hace giros de cabeza a un lado y otro; rota los hombros hacia adelante y hacia atrás, y de esta manera relajarás el cuello. Este ejercicio lo puedes hacer hasta en la ducha y todos los días. Hazlo lento, muy lento y varias veces.
Cuidados para piel y el cabello
La segunda etapa de tu spa hogareño consiste en aplicar exfoliantes en tu cuerpo. Después de ese proceso y tras una breve ducha sobre la cama aplica alguna crema que hidrate el cuerpo y permanece con bata para pasar a los cuidados del rostro y el cabello.
Lo más simple para el cabello es hidratar con aceites: oliva, almendra o girasol. Date un masaje con las yemas de los dejos y permanece con el aceite por 20 minutos o toda la noche. Sino, resultará efectiva usar una mezcla con yogurt natural y 1 huevo. Se aplica dando un masaje por 4 minutos por el cuero cabelludo y luego se envuelve la cabeza con toalla caliente durante 10 minutos. Para el rostro, existen alternativas caseras con frutas frescas que nutren, hidratan y estimulan la circulación de la piel. A continuación algunas recetas fáciles de conseguir.
Para la cara:
Mascarilla refrescante: 1/4 cdta. de cúrcuma 5 gotas de limón 2 cdtas. de jugo de pepino Aplica sobre la piel y deja la mezcla por 10 minutos.
Mascarilla para regenerar la piel: Humedece tu cara y cúbrela con una fina capa de bicarbonato. Déjala por 1 a 2 minutos y si tienes granitos unos 5.
Mascarilla para la piel más clara: Muele un plátano muy maduro y agrega miel hasta formar una masa suave.
Mascarilla para piel hidratada y luminosa: Una taza de yogurt natural agrega media cucharada de jugo de naranja con una cucharada de jugo de limón. Aplicar y dejar por 20 minutos.
Para el cuerpo:
Exfoliante de café: 2 cdas. de aceite de almendra o girasol (el que tengas en casa) o crema de cuerpo. 1/4 taza de café en grano usado en la cafetera 1 cdta. de extracto de vainilla 1/4 taza de azúcar (mejor si es rubia). Combina todos los ingredientes líquidos, luego el azúcar y el café, bate y guarda la mezcla en un frasco. En el refrigerador dura dos semanas. Aplica el exfoliante con una toallita en movimientos rotativos por todo el cuerpo, evitando la zona del busto y escote. Pon más presión al aplicarlo en áreas ásperas o con celulitis.
Exfoliante con sal: 1 taza y media de sal de mar o kosher 1 taza de aceite para el cuerpo opcional gotas de aceite esencial. Mezcla el aceite, la sal y el aceite esencial. Pon la mezcla en una esponja o toalla pequeña y frótala en tu cuerpo y en las zonas ásperas, como codos y rodillas.
Exfoliante de chocolate: 1/4 de taza de miel 3/4 de polvo de cocoa Mezcla los ingredientes y caliente la mezcla a temperatura adecuada, luego úntala en todo el cuerpo y permanece acostada por 15 minutos. Enjuaga.
Exfoliante con cúrcuma: 1/2 taza de harina de garbanzos 1/4 cdta. de cúrcuma 1 ó 2 cdtas. de leche (lo necesario para obtener una mezcla densa). Aplícala antes del baño sobre todo el cuerpo con un estropajo o con tus manos.
¡Intentalo, ya que podría ser muy gratificante para ti y además siempre tenemos un tiempo para nosotyras, silo haces me lo cuentas, un abrazo y que tengas un muy buen día!
Paloma