Levántate
Levántate, resplandece, eres luz, eres vida
Lumbrera para todo aquel que anda a ciegas
No temas, YO soy el que te cuida
Soy tu salvador, tu redentor
Mi poder, mi luz te cubrirá
Serás llena de mi fuego abrasador.
Levántate, resplandece, sé lumbrera
para todo aquel que anda a ciegas
tu descendencia será tierra sementera.
Levantarte, esfuérzate, se valiente
Yo te he escuchado, te he perdonado.
Ahora:
Levántate, estoy contigo
Yo te sostengo, yo te esfuerzo
Yo soy el que soy. Jehová de los ejércitos
Levántate, camina, este es tu tiempo.
EL NUNCA TE ABANDONARA
Conversaba en estos días con un joven, que me contaba su vida, y me decía que nadie nunca lo había amado, que a pesar de tener familia, sentía que no la tenía, que siempre ha caminado solo por la vida. Yo comencé a interesarme en su situación, y ayudarlo en diferentes situaciones, y una día llorando me dijo porque haces todo esto por mi, porque me muestras tanta bondad, nunca nadie ha hecho nada por mi, yo le contesté, no soy yo, es Dios através mío, por que Dios vive dentro de mí y Dios es amor. Dios te ama, te lo esta gritando por medio mío.
Queridos amigos, el amor de Dios conmueve, sacia, llena una vida inútil y vacía. El no quiere que ninguno nos perdamos, el te abre las puerta hoy, así en medio de tu dolor y tu desilusión, El esta ahí, y te abre las puertas.
No conocemos los tiempos de Dios ni cuando ha de darnos lo que le pedimos. Pero jamás podemos decir que Dios no cuida de nosotros o que Dios no nos quiera. Todo lo contrario: somos el fruto del amor de Dios. Si Dios no nos amara, simplemente no existiríamos. Y no debes olvidar que Jesucristo ha muerto en la Cruz por ti; ¿cómo puedes decir que no te ama quien ha dado por ti su propia vida? Lo que tú no serías capaz de hacer por un amigo. Dios nuestro Padre Celestial, dio a su único hijo para salvarnos a nosotros de pecado, de condenación eterna, dio a su hijo por nosotros para darnos vida eterna y en abundancia.
Dios te bendiga y que la palabra del Altísimo penetre a tu alma
Mary Torres
Dios nunca nos abandona, incluso en medio de nuestro dolor.