CREO EN MÍ
No creo en el príncipe azul.
No creo que todos los momentos de la vida sean felices, ni que la alegría sea eterna.
Pero creo en mí, en mis ganas de lograrlo, y en mi fuerza por mejorar y seguir creyendo que las situaciones sí pueden cambiarse y conseguir términos medios en vez de llegar a los extremos…
Creo en mi alma de niña y en mi alma de mujer, y en las ilusiones y los sueños que perdí en el camino y volví a tener en la vida, sin importarme cuántas veces se vieron entorpecidos por tristes realidades…
Creo en luchar por lo que siento, en defender mis sueños y en jugarme por la gente que quiero, mientras sigo transitando en los vaivenes del tiempo.
Creo en leer en los ojos de alguien que quiero un sentimiento, creo en emocionarme aún con un gesto.
Creo que pueda haber alguien que crea lo que sienta lo que yo siento, que quiera lo que yo quiero, y que se anime a proponerme caminar por esta vida juntos con menos miedo…
Creo en un hombre sensible, que no pierda la capacidad de asombro, de juego, de sueño…
Creo en un hombre que trate de demostrar lo que siente ante mí aunque le de vergüenza, que no disfrace su afecto por mí con negligencia, que no se sienta asfixiado, atrapado por amarme, o mi mitad en vez de un entero, o quizás coartado en su libertad, porque la libertad es interna…
Creo en un hombre que no intelectualice su afecto por mí, que exprese lo que siente y trate de no herirme –al menos conscientemente.
Creo en un hombre que si yo lo llamo, le digo que lo extraño o lo amo, no se sienta acosado, porque el amor es espontáneo y no premeditado…
Creo en un hombre que pueda ver la belleza en una flor, que no pierda la pasión y que quiera luchar conmigo cuando lleguen los momentos de tensión o de dolor…
Creo en un hombre que me respete más allá de mis conceptos o ideales, que sea mi amigo, que pueda escucharme y entender mis tiempos.
Creo en un hombre que no le tenga miedo al amor, al compromiso de estar juntos los dos!!
No creo en el príncipe azul. No creo en la perfección, y sé que muchas veces los finales no son felices, pero si tú crees en mí, yo creo en tí.