Calefacción afecta la piel en invierno
Las personas que sufren de rosácea deben tener especial cuidado ya que su condición puede empeorar debido al consumo de alimentos calientes, fuentes artificiales de calor y cambios de temperatura.
Las bajas temperaturas y la humedad están en su punto fuerte del invierno y el frío muchas veces nos hace buscar desesperadamente lugares temperados o calefaccionados. Ciertamente un poco de calor es un alivio, pero ¿qué ocurre con nuestra piel? ¿qué efectos negativos pueden provocar las fuentes de calor artificial y qué podemos hacer para evitarlos?
Según la doctora Mónica Ross, dermatóloga de Clínica Avansalud, el principal efecto que sufre la piel tras la exposición a ambientes con calefacción y estufas durante varias horas al día es la vasodilatación, “que si es mantenida por varias horas seguidas produce inflamación y en forma subsecuente, causa infección si no hay un buen aseo de la piel”.
Por ello, para contrarrestar los daños se recomienda mantener la función de barrera de la epidermis con cremas que contengan un buen equilibrio entre lípidos, alcoholes, enzimas, vitaminas y proteínas. “Es importante cuidar la piel con productos específicos, junto con la limpieza en la mañana y en la noche para eliminar las células muertas y permitir que respire”, explica la especialista.
Las personas que sufren de rosácea (enfermedad que afecta la piel de la cara causando enrojecimiento en la zona de la nariz y mejillas), deben tener especial cuidado, ya que su condición puede empeorar en el invierno “debido a los alimentos calientes, las fuentes artificiales de calor y los cambios bruscos de temperatura”, explica la Dra. Ross.
Como consejo, “se recomienda enfriar la cara con compresas de aguas termales, comer despacio y tratar de que la comida no esté tan caliente.
También se puede recurrir a tratamientos antiinflamatorios tópicos no esteroidales. En caso de necesidad, se puede administrar antibióticos en dosis bajas y ansiolíticos”, comenta.
El pelo, aunque en menor medida, también puede verse afectado. Para protegerlo son bienvenidas las máscaras de ácidos grasos, proteínas o algas que pueden paliar los daños y ser beneficiosas para cuidar la salud del cabello. “Aunque el buen aspecto del pelo depende más bien de factores endógenos, entre los que se puede mencionar la genética, nutrición, hormonas y el estado emocional, cualquier extremo ambiental (luz ultravioleta, humedad, exceso de frío o calor) puede dañar la capa externa, por lo que es vital prevenir”, advierte la especialista de Clínica Avansalud