Hace más de 50 años, Liu Guojiang un muchacho de 19 años se enamoró de una madre viuda de 29 años llamada Xu Chaoqin... En un enrollo digno de Romeo y Julieta de Shakespeare, amigos y parientes criticaron la relación debido a la diferencia de edades y el hecho de que Xu ya tuviera hijos.
Para esa época, era inaceptable e inmoral para un hombre joven el amar a una mujer mayor. Para evitar el murmullo en el mercado y el desprecio de sus comunidades, la pareja decidió fugarse y vivió en una cueva en el condado de Jiangjin en la sureña municipalidad de Chong Qing.
Al principio la vida fue dura ya que ellos no poseían nada, no electricidad ni siquiera alimentos. Tuvieron que comer pasto y raíces que encontraron en la montaña y Liu construyó una lámpara de kerosene que usaban para iluminar sus vidas.
Xu sentía que había atado a Liu y repetidamente le preguntaba, ¿estás arrepentido? Liu siempre le respondía, “mientras seamos laboriosos, la vida mejorará”.
En el segundo año de vivir en la montaña, Liu empezó y continuó por más de 50 años, a cavar las gradas para que su esposa pudiera bajar fácilmente la montaña.
Después de medio siglo en 2001, un grupo de aventureros estaban explorando el bosque y se sorprendieron al encontrar a la vieja pareja y las más de 6,000 gradas hechas a mano. Liu Ming Sheng, uno de sus siete hijos dijo, “Mis padres se amaban tanto, ellos han vivido en reclusión por más de 50 años y nunca han estado separados un solo día. El hizo más de 6,000 gradas a través de los años por la conveniencia de mi madre, a pesar de que ella no baja mucho la montaña”.
La pareja había vivido en paz por más de 50 años hasta que Liu, de 72 años regresó de su labor agrícola diaria y colapsó. Xu se sentó y oró por su esposo mientras moría en sus brazos. Tan enamorada de Xu estaba Liu, que nadie fue capaz de liberar el agarre que él tenía en la mano de su esposa aún después de muerto.
“Tú me prometiste que cuidarías de mi, siempre estarías conmigo hasta el día en que muriera, ahora tú te fuiste antes que yo, ¿cómo voy a vivir sin ti?”
Xu pasó días repitiendo suavemente estas palabras y tocando el ataúd negro de su esposo con lágrimas rodando por sus mejillas. En el año 2006, su historia se convirtió en una de las 10 historias de amor más famosas de China, recogida por el Chinese Women Weekly. El gobierno local ha decidido preservar la escalera de amor y el lugar en que vivieron convirtiéndolo en un museo, para que su historia de amor pueda vivir para siempre