Para gritarle al mundo sus errores
¡un poema no basta!
Se necesitan las voces de los niños, se necesitan las voces de los jóvenes,
para poder salvar al mundo de la guerra, se necesita, elevar la voz
por todos los confines de la tierra señalando al mundo sus errores,
se necesita, sembrar la conciencia de cada gobernante… ¡la anuente de paz!
Necesitamos sembrar los caminos de flores que por doquier florezca la amistad
Para poder cambiar al mundo: ¡un poema no basta!
Se necesita el brazo fuerte del joven del mañana,
Se necesitan las voces infantiles de los niños,
Se necesita la voz ronca y vigorosa del hombre que trabaja,
Para poder gritarle al dictador… ¡basta ya de guerras!
Para poder gritarle al invasor basta ya de opresión,
Para poder decirle a cada gobernante: No malgastes tu tiempo en tonterías
En vez de avances…
¡Siembra los caminos de flores!
Como ves para sembrar conciencias…
¡un poema, no basta! se necesita abrir los brazos al humano,
Se necesita formar una cadena: De hombres, niños y mujeres,
Sin distinción de credos y de raza, Como ves para poder cambiar al mundo:
¡un poema no basta!
De nada sirve que el poeta reclame si su voz jamás será escuchada,
es predicar alto en el desierto, en silencio, polvo, nada.
Para cambiar al mundo…
¡un poema no basta!
Para salvar al mundo de la guerra: ¡un poema no basta!
Se necesita que todos tomados de la mano, salgamos a la calle,
¡a predicar la paz! ¡Amor al semejante!
Para cambiar al mundo…
¡un poema no basta!
Para salvar al mundo de la guerra
¡un poema no basta!
Profr. Cesáreo Bobadilla Mercader