TÚ MISMO....
Hay una persona a la cual no te queda otra alternativa que creerle.
Tú mismo.
Para que tu mundo tenga sentido, debes creer en lo que te dices.
Hacer lo contrario te llevaría a la locura. El problema es que no todo lo que te dices es para tu propio beneficio. ¿Alguna vez te has encontrado diciéndote "Nunca podré terminarlo" o "Simplemente no sirvo para esto"? ¿Qué sentido tiene decirte algo así? ¡Ninguno! No logra nada, más que convencerte de tu propia debilidad.
Cuando te descubras haciéndolo, detente. Y en cambio, díte algo como, "Estoy haciendo progresos" o "Estoy haciéndolo mejor cada vez".
Sea lo que fuere que te digas a ti mismo, lo creerás. Y sea lo que sea que creas, serás.
Esa es la fuerza de las afirmaciones positivas.
No son tan sólo rituales escapistas para "sentirse bien", sino que realmente programan tu mente para el éxito.
Después de todo, tú eres tu consejero más confiable.