Rueda la música en la calle, hay voces, y risas, y estallidos, y alboroto. El vino lo va haciendo más remoto, serénate, alma mía, no solloces.
¿Qué hay de especial en esta noche? Nada. El gentío se aturde, se anestesia, y volverá mañana a recordar. Mi amnesia tal vez siga dormida a la alborada.
******
El año se me acaba tan deprisa como fue tu partida inesperada; la noche está, dentro de mí, callada, y al exterior es danza, y humo, y risa.
Soy galeón de brújula indecisa, inestable timón, vela rasgada, con la estrella polar desconectada, y ruta que en la bruma se improvisa.
Voy sin saber por dónde o cómo voy, no hay para mí mañana, sólo estoy en un punto difuso que no entiendo.
La multitud, la vida, se engalana; va a golpear las doce la campana; el año, como yo, se va muriendo.