CON UNA SONRISA
Cierta vez, un conductor se desplazaba por una de las autopistas de los Estados Unidos a una velocidad excesivamente alta, cuando de repente justo después de una curva aparece un hombre parado en medio de la vía, haciendo señal de parada con los brazos y de una forma desesperante.
El conductor, sorprendido y a la vez asustado, toca insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del camino, pero fue inútil, el hombre seguía haciendo señal de pare con sus brazos.
-Debe de estar loco -dijo el conductor mientras pisaba el freno provocando un fuerte chillido y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el auto antes de chocar a aquel hombre.
Muy enojado, se desmonta del carro y, estrellando la puerta, se dirige hacia el hombre y le dice:
-¿Acaso no tienes ojos? ? ¿No ves lo peligrosa que es esta carretera y te atraviesas en ella como si nada? ¿O acaso eres loco para no ver el peligro que corres?
-No, señor, no estoy loco -le contestó el individuo-.
Lo que pasa es que el puente que está en la próxima curva acaba de desplomarse; y sabía que, si no hacía algo, usted, en este momento, ya estaría muerto.
Tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la suya.
Quizás, en la carretera de tu vida, algún Cristiano "loco" -como le llaman- te ha obstaculizado el paso para hablarte del Amor de Dios, lo mucho que Cristo te ama; y te has enojado sobremanera porque vas MUY APRISA.
Quizás hoy, yo esté obstaculizando tu camino quitándote unos minutos; pero, ¿que habría pasado si el conductor hace caso omiso al individuo del camino?