Vengo
Vengo hacia ti como la luna llena,
de tantas fases y rodar cansado;
vengo, torrente exhausto, apaciguado,
que por ti sólo su ímpetu refrena.;
vengo, león que agita su melena
y se acuesta pacífico a tu lado;
vengo, marea blanquiazul, lanzado
sobre el regazo suave de tu arena.
Vengo de cien caminos y vertientes,
alma y cuerpo agotados y dolientes
de los injustos golpes de la vida.
Vengo sin pretensión, sin ambiciones,
con una alforja llena de canciones,
y ninguna es canción de despedida.
Francisco Alvarez Hidalgo