Invocación a Atenea
Atenea, diosa inmortal
De Atenas guardiana eterna
El Partenón a ti parece que vuela
Sabia, guerrera y justa en tu moral
Inspira mis actos
Dirige mis pasos
Quiero ser tu réplica más exacta
En ésta mi forma humana
Digna diosa de espíritu de águila enhiesta
Henchida de una altísima soledad esbelta
Invencible
Libre
Independiente y poderosa
Hermosa e intocable rosa
De Zeus la predilecta
A ti te invoco
¡Posee mi alma!
Atenea, diosa bajo cuya égida se halla la ciudad de la democracia y las artes: Atenas. Luchó contra Poseidón por el patronazgo de la polis, pero el dios del mar, su tío, golpeó la tierra con su tridente y de ella brotó un caballo para la guerra, y ella la sacudió con su lanza y brotó el olivo, "su emblema", que encarna la paz, y ello le valió el ser escogida como protectora de los atenienses.
El último vestigio en la patriarcal religión griega de las antiguas creencias matriarcales. Zeus padece de fuertes dolores de cabeza, y da a luz a Atenea desde dentro de su propio cerebro. La favorita del padre de los dioses. Diosa de la guerra (no en el sentido de Ares, Atenea rige la estrategia bélica, no la violencia), de la sabiduría y de las artes. Henchida de orgullo y gobernada a su vez por sus propios celos. No soporta que nadie quiera emularla y superarla, y por ello convirtió a la tejedora Aracne en araña cuando la desafió y se jactó de ser mejor que Palas Atenea (llamada también así porque venció heroicamente al gigante de nombre Palas). Otra vez encendida por los celos, cuando Paris de Troya dice que Afrodita es la más hermosa de las diosas olímpicas (aspiraban a dicho título Palas Atenea, Hera y Afrodita), se alía con Hera, ambas furiosas con Paris, y junto con los griegos para provocar la caída de Troya. Afrodita, sin embargo, ayudó a los troyanos.
Adalid de la virginidad e incapaz de enamorarse o sentir deseo por varón alguno, sufre un intento de violación por parte del feo dios de la fragua, Hefesto, del que nace un monstruoso ser al caer su semen en tierra fecundándola inesperadamente, ser que se llamaría Erictonio, mitad hombre y mitad serpiente, y futuro rey de Atenas.
En: Mitos griegos