* Ya fallamos en nuestras obligaciones espirituales.
* Ya tuvimos miedo.
* Ya recorrimos caminos que no nos pertenecían.
* Ya sufrimos por cosas sin importancia.
* Ya tuvimos actitudes mezquinas y discriminatorias.
* Ya dijimosn Si, cuando queríamos decir No.
* Ya creimos que no eramos buenos discípulos,
y dudamos de nuestros dones y talentos.
* Ya hirimos a seres que amamos
* Ya creimos alguna vez que la vida no tenían ningún sentido.
* Ya lloramos mares, hasta que aceptamos y comprendimos
lo inevitable de algunos sucesos, y que nada
es permanente en este mundo.
* Ya fimos traicionados en varias ocasiones, y aprendimos sobre la des-ilusión.
Porque ya pasamos por todo eso, y no perdimos la esperanza de ser mejores de lo que eramos, nostos discípulos, nos convertiremos en buenos maestros.
Eduardo Wigand.