El dolor crónico es uno de los problemas de salud más graves y en crecimiento a los que se enfrenta la población actual y futura. Porque mina y deteriora considerablemente la calidad de vida de quienes lo sufren y porque posee un coste social y económico muy elevado. A más dolor permanente, más ansiedad, irritabilidad, fatiga y depresión. Estos estados de ánimo interactúan con el dolor y acaban disminuyendo la producción de los analgésicos naturales del organismo. Además su constante padecimiento acaba deteriorando el sistema inmunitario y llevando al individuo a una situación nada deseable. Para romper este círculo existen, además de los medicamentos –que en unos casos no solucionan el problema y en otros complican la salud en otras direcciones–, posibilidades más naturales como las que posteriormente comentamos, bien sea con el objeto de que el paciente mejore la sintomatología o para que aprenda a convivir con ella y disminuir las limitaciones que la misma pueda generar. (Seguir leyendo en la web que menciono)