¿Alguna vez alguien te falló en un compromiso? ¿Alguna vez sufriste lo que consideras una injusticia, un daño o perjuicio? ¿Qué emociones te despiertan estas situaciones? ¿Enojo, bronca, miedo, resentimiento, odio, desconfianza? ¿Se te ocurrió que podrías perdonar?
Perdonar no significa permitir que vuelva a suceder lo mismo, ni aprobarlo, ni dejar de reclamar o iniciar las acciones para reparar el daño causado. Perdonar no significa olvidar.
Perdonar significa liberarnos del resentimiento, la bronca, el enojo... El perdón es una declaración de liberación personal, que nos permite salir de la prisión de una emoción negativa y transitar hacia un espacio de paz, aceptación y bienestar. Y sin duda, desde este nuevo estado emocional, se nos abren nuevas alternativas y tenemos otras acciones disponibles.
Desde esta nueva mirada del significado del perdón te pregunto ¿Con qué persona estás enojada/o? ¿Qué situaciones te dan bronca? ¿Guardas algún rencor o resentimiento como si fuera un tesoro que no quisieras perder?
¿Qué nuevas posibilidades se te abrirían al perdonar? Una conversación postergada, una relación diferente. O, tal vez, una despedida, un "dejar ir" a alguien...
¿Te perdonas a tí mismo? Muchas veces somos nuestros peores jueces, condenándonos a un castigo eterno, sin darnos la posibilidad de aceptarnos, aprender, cambiar y liberarnos de nuestro pasado.
Tal vez no sea necesario saber perdonar para empezar a hacerlo. Tal vez podamos, hoy, empezar a practicarlo... y en la práctica ir aprendiendo.
Autor desconocido