Padre Celestial,
Tu que has depositado en nosotros la responsabilidad y el cuidado de unos a otros y de nuestros hijos,
Danos la fuerza y la paciencia para hacer frente a los altibajos de la vida familiar.
Concédenos la gracia de ser profundamente agradecidos por sus muchas risas, alegrías y bendiciones.
Deja que nuestros hijos lleguen a conocer tu amor a través de nuestro amor por ellos.
Ayúdanos a medida que tratamos de hacer nuestro hogar, uno donde habita el amor, un hogar como el de Jesús, María y José en Nazaret.
Cuando nos fallamos o nos herimos mutuamente, suaviza nuestros corazones para que el perdón y la reconciliación vengan rápida y fácilmente.
Protege nuestra casa, Señor, y deja que florezca en tu luz y en tu amor.
Amén.