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General: CATALINA...
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Da: Siondra  (Messaggio originale) Inviato: 28/10/2012 21:24
 
 

CATALINA, LA AMIGA DE LAS PALOMAS

CATALINA era amiga de las palomas, siempre llevaba comida para ellas en los bolsillos.

Catalina era muy peculiar, llevaba siempre un abrigo de cuadros y un sombrero de flores, con su carrito lleno de recuerdos. Nadie sabía lo que llevaba dentro, pero ella decía que eran fotos de su hijo y su nieto, y recuerdos de toda una vida.

Todo el mundo conocía a Catalina, el frutero, el quiosquero, la panadera, todos la saludaban y ella hablaba con unos y con otros y siempre llevaba una sonrisa en la boca. Caminaba despacio, tirando de su carro y se iba al parque con sus palomas que la rodeaban y la acompañaban.

Los niños se le acercaban y hablaban con ella.

Catalina ¿porque las palomas se acercan a ti y a nosotros no?

Porque soy su amiga y las doy de comer. Ellas saben lo que siento, y me cuentan como están mi hijo y mi nieto.

La gente del barrio, quería a Catalina, pero nadie se creía que pudiera tener un hijo, quizás fuera producto de su imaginación. Catalina, era así vivía en su mundo y vivía sola. Nadie había visitado nunca su casa, pero todos la querían.

Un día Catalina no apareció por el parque, ni por las calles del barrio.

¿Dónde está Catalina? ¿La has visto?

Yo no, hace ya dos días, no ha venido por su barra de pan.

Empezaron a preocuparse unos y otros, porque la querían y apreciaban.

Las palomas, revoloteaban cerca del banco donde siempre se sentaba , pero Catalina no aparecía.

Llamaron a los bomberos y fueron a su casa, se oían tantas cosas, quizás hubiese muerto.

Cuando entraron en su casa, acompañados del presidente de la comunidad como testigo, se asombraron mucho. Pensaron que tendría su casa abandonada y llena de basura, pero todo estaba limpio, su mesa, su tele pequeñita. Los libros viejos en la estantería.

 Al entrar en su cuarto vieron la coqueta llena de fotos. De un hombre joven el día de su boda, de un bebé rollizo, de un veinteañero el día de su graduación, pero Catalina no aparecía por ningún sitio.

La buscaron y buscaron pero no supieron de ella.

A kilómetros de distancia, Catalina, con su abrigo de cuadros y su sombrero de flores, caminaba despacio tirando de su carro. En la mano llevaba una carta amarillenta con fecha de diez años atrás.

“Hola mamá, estamos bien, Jorge crece muy rápido y somos muy felices. Cuando podamos, iremos a visitarte. Un beso de tu hijo Daniel”

Catalina, había encontrado la carta entre sus cosas. Allí la había dejado cuando la recibió y esperó durante un tiempo  a que Daniel viniera a verla. Pero pasaron los años, y Catalina se quedó viviendo en su mundo, y cuando volvió a ver la carta creyó que la había recibido ayer y cogió sus trastos y comenzó a andar para ir a ver a su hijo y su nieto.

No tenía prisa, ya llegaría.

Que contento se pondría cuando la viese.

 Tampoco se olvidó de llevarse comida para sus palomas.

Ana Rivas

https://aniazulada.wordpress.com/page/47/



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