“Navidad es la fecha de la alegría y el amor, la que debería durar siempre, pues nos colma de buenos sentimientos, nos hermana y nos acerca a todas las personas”
FELICITAR HACE FELIZ
El elogio es una herramienta de motivación poderosa. Pero hay poca gente que sepa cómo, cuando y a quién felicitar, o incluso qué actitud tomar ante un cumplido.
Tan importante es saber felicitar como recibir halagos o cumplidos sin parecer un idiota egocéntrico.
Felicitar comparte familia léxica con feliz, del latín felixfelicis, que significa fecundo. Efectivamente, la felicitación es una tierra fértil y rica que cultivada adecuadamente hace florecer la autoestima en los demás, mejora las relaciones personales y trabaja a favor de nuestra capacidad de empatía.
Aun así, usamos poco y mal el arte de la felicitación orientada a reconocer los méritos de quienes nos rodean, y usamos aún menos y peor la felicitación encaminada a reconocer aquello que nosotros mismos hemos hecho bien y merece, por tanto, nuestro propio reconocimiento.
Sea hacia los demás o sea hacia nosotros mismos, lo cierto es que evitamos hacer uso de esta palabra que no por casualidad es familia directa de esta otra: FELICIDAD.
Gabriel García de Oro
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