Se ha pensado mucho en las causas que llevan, no sólo a los humanos sino también a los animales, a besarse. Pudiera ser que la razón se explicara en el deseo de las hembras de cuidar a sus retoños, como ocurre en los mamíferos (todos hemos visto a las gatas asear a sus hijos), pero otros muchos animales lo hacen también. Se ha llegado a la conclusión de que éste es un gesto que deriva del comportamiento de transmitirse comida de boca a boca, que es, sin duda, un gesto de afecto. De tal modo que el hecho de juntar los labios evoca un momento de máxima afectividad, alimentar de boca a boca a otro.
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