Las noticias más antiguas sobre la enigmática figura de María la Magdalena provienen de los Evangelios canónicos. A partir de las informaciones de los Evangelios de Juan, Marcos y Mateo se deduce que el adjetivo toponímico de María, procede de Migdal o Magdala, una próspera localidad de Galilea a orillas del lago de Genesaret, entre Tiberíades y Cafarnaún. Es el nombre que aparece con frecuencia en el grupo de mujeres que seguían y atendían al Nazareno. Se trata de una mujer a la que el Maestro distinguía dentro del número de sus acompañantes y a quien también le correspondió el privilegio de ser la primera testigo de las apariciones de Jesús Resucitado.
|