“¿Por qué los latinos veneran al pico-verde y todos evitan escrupulosamente a esa ave?
(…) ¿Resulta más admisible aquella otra leyenda según la cual no fue solo una loba la que ofreció sus ubres a los abandonados Rómulo y Remo, sino que también un pico-verde, haciendo continuos vuelos hasta ellos, les proporcionó alimentos? En los lugares sitos al pie de las montañas y en los parajes boscosos es frecuente aún hoy día ver – como cuenta Nigidio – que donde se halla el pico-verde suele encontrarse también el lobo.
¿O es preferible pensar que, existiendo aves consagradas a determinados dioses, el pico-verde es precisamente el ave consagrada a Marte? Es, en efecto, un pájaro valeroso e intrépido, y posee un pico tan fuerte que puede echar a perder una encina cuando los golpes de su pico llegan hasta la médula.”
PLUTARCO.- Cuestiones romanas.
Traducción de Manuel-Antonio Marcos Casquero.