¿Quién dijo que algo importa bajo el sol inmutable…?
¿Quién dijo que algo sirve bajo el cielo eternal…, y que valen la pena lo incierto y lo mudable, y las risas y el llanto del loco carnaval?
Si todo muta y cambia…, si todo es pasajero…, si todo se deshace con prisa baladí…, si sólo este momento es cierto y verdadero…, ¿¡por qué entonces, amigo, te preocupas así?!
¡Deja ya esas ideas…, suelta tus pensamientos sin asidero alguno ni importancia real, volátil hojarasca que va arrastrando el viento en ocres remolinos de una tarde otoñal…
¡Si también a nosotros nos va arremolinando en ciclos recurrentes que nunca tienen fin…!, sin preguntarnos cómo…, sin preguntarnos cuándo…, nos lleva de la mano con su paso andarín…
Y venimos…y vamos…, y vamos…y venimos…, y se van persiguiendo lo nuevo…y lo marchito…, ¡que en este eterno viaje, la vida que vivimos es tan sólo una perla de un collar infinito…!
Y es fugaz el invierno…, fugaz la primavera…, fugaz lo que se quita…, fugaz lo que se da…, ¡y que sabiduría la del que nada espera pues comprende que siempre lo que viene se va…!
Porque todo se marcha…, porque todo se esfuma…, porque nuestro destino es pasar…y pasar…, y porque sólo somos la evanescente espuma que una tarde cualquiera…¡se deshace en el mar…!
Jorge Oyhanarte
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